Comenzaba la temporada 2001-2002, eramos un equipo recién ascendido a primera división y poseíamos un equipo joven y experimentado. Muy compacto, muy duro y muy trabajador. La calidad de la plantilla no era lo más importante. Los jugadores del filial tenían posibilidades de llegar al primer equipo. Monchi era un hombre humilde y con muchas ganas por trabajar. Del Nido sabía perfectamente dar a la afición lo que necesitaba. Y se hacían las cosas con pies de plomo.
Lo más importante era la permanencia, y se hacía todo de cara a conseguir ese objetivo. No existía SFC TV, no había tanto marketing SFC y los partidos claves eran los más cercanos.
Han pasado los años, el Sevilla FC ha crecido enormemente:
- Presupuesto
- Plantilla
- Títulos
- Medios informativos
- Marca SFC
Sin embargo, se han perdido las señas de identidad del club: Casta y Coraje. Puesto que la calidad, la tenemos.
Estamos más pendientes de los telediarios, los jugadores están fuera de los partidos se centran en lo que dicen de ellos por Internet, los fichajes se anuncian en programas de televisión, los fichajes de jugadores y entrenadores los marcan los periódicos y la afición. ¿Queréis a Reyes? Reyes vuelve. Ya no existe la política de vender para crecer. Ahora es vender para engordar. Engordar cosas que no nos van a dar títulos: las tonterías del Sevillista de granito, el Sevillista de platino, de oro... ¿qué pasa que hace 50 años no había sevillistas de granito? Joder es que ya están en el tercer anillo.
Que si la vuelta al cole, la fraternidad entre equipos andaluces, el somos de todos, la cara de uno de los jugadores más malos de nuestra historia en un poster en Málaga...
¿Todo eso para qué?
Nuestros jugadores hacen declaraciones de chichinabo. Ninguno se identifica con el club, ya no hay tanganas al final de los partidos, ya nadie se deja la cara en el campo.
¿Quién provoca eso?
El entrenador con su excesiva flexibilidad. El presidente con tanta parafernalia extradeportiva. El cuerpo técnico con tanto fallo a la hora de fichar jugador y técnicos.
¿Solución?
Renovar la mentalidad del equipo. Dar preferencia a los trabajadores y no a los talentosos. Dar un toque de atención al entrenador, flagelarlo si hace falta para que muerda al jugador que no haga lo que debe. Prometer primas por objetivos, hacer convivencias de equipo, concentraciones antes de los partidos, dejarse de polladas de día de la afición, chandal de la afición, y tonterías para ganar dinero.
Yo lo veo así, seguramente el resto me diga que se trata de una plantilla pésima y de un entrenador pésimo. Cierto. Pero estos jugadores corriendo más ganan seguro, frente al betin lo demostraron. ¿Porqué carajo, frente al Malaga se acobardan? Eso es culpa del entrenador y de los propios jugadores de no salir mentalizados a por el partido.