Interesante entrevista de Arrocha a Carlos Bacca en la que expone los motivos de su marcha, habla de otras ofertas que tuvo y de algunas de las claves del éxito del Sevilla de las últimas temporadas...
http://sevilla.abc.es/deportes/orgullodenervion/noticias/sevilla-fc/bacca-dije-que-no-a-otro-equipo-espanol-para-no-enfrentarme-al-sevilla-88748-1439752099.htmlBacca: «Dije que no a otro equipo español para no enfrentarme al Sevilla»Por Roberto Arrocha, 17 de agosto de 2015 2:04 h.
Se fue sin hacer ruido. Sin explicarse. Hoy, 40 días después, y desde su casa en Milan, el goleador Carlos Bacca hace un análisis bastante extenso de su marcha y sus primeros días en Italia.
—¿Ya habla italiano?
—No, no. Pero más o menos se parece, ¿verdad?Al menos, las palabras que usamos en el campo sí las entiendo.
—¿Cómo se dice equipo?
—Squadra, ¿no?
—¿Y gol?
—Pues yo lo digo igual y me entienden (se ríe). Pero no sé si escribe de la misma manera.
—¿Sabe cuántos hizo en el Sevilla?
—Claro, 49.
—¿Si se lo hubieran dicho antes de fichar por el Sevilla qué hubiera pensado?
—¡Uff! Es difícil. Uno siempre cree en el trabajo y en recoger los frutos, en seguir a Dios y que te ayude. Pero lo que logramos, tanto en lo individual como en lo colectivo, fue de veras mayor a lo que yo podía esperar.
—¿Cómo se hizo?
—
Por la exigencia. Emery es muy pesado (se ríe), la afición también aprieta y siempre queríamos más. Esa es la realidad. Hay muchas cosas que se hablaron, circunstancias que favorecieron sin duda en todo esto. El verano pasado, por ejemplo, una vez terminado un entrenamiento, Emery me dijo que no me fuera al vestuario aún. Fue raro. Estábamos en el campo de abajo de la ciudad deportiva y veo que Gameiro tampoco se va con los compañeros. Hacía un calor terrible. El míster se acercó a nosotros y nos dijo: «¿Se atreven a marcar entre quince y 20 goles cada uno?». Sólo nos dijo eso. Nos miramos y nos fuimos a duchar. Pero se nos quedó dentro el mensaje. Otra cosa que la gente no sabe es que nada más llegar del Mundial recibí una llamada de Monchi para que fuera a su despacho, en el estadio. Fui rápido y me dijo:«Si eres capaz de marcar más de 25 goles nos clasificaremos para la Champions». También se me quedó grabado. Esos retos los asumíamos entre todos e íbamos creciendo.
—¿Llegaron ofertas por usted en ese verano?
—Sí.
—¿Por qué no se fue entonces?
—Mire, yo tenía claro una cosa y se la pueden confirmar en el club.
Si no llegaba una propuesta de 30 millones, mi cláusula, en ningún caso me iba a ir. Eso se lo puede decir el presidente o Monchi. En ningún caso me iba a ir mal.
—¿Pero usted se quería ir?
—¿Ese verano?
—Si.
—Pues no. Y de hecho me quedé.
—¿Por qué terminó cambiando de idea un año después?
—Creí que era el momento de asumir otro reto. En septiembre cumplo 29 años y entendí y entiendo que la propuesta del Milan me era muy favorable.
También llegaron clubes que sí estaban dispuestos a pagar la cláusula…—¿Cuántos equipos?
—
Seis.—¿Cuáles?
—Le puedo decir que también había un equipo español. Empezaron con 25 millones y me dijeron que si daba el sí estaban dispuestos a pagar la cláusula.
—
¿Hablamos del Atlético de Madrid?
—(Se queda callado unos segundos). Sólo puedo decir que era un equipo español.—¿Por qué no aceptó esa oferta?
—Lo pensé. La verdad es que lo analicé. Fue una decisión difícil.
—¿Por qué?
—
Porque se me empezó a hacer raro imaginarme en el Sánchez-Pizjuán como rival. Me iba a costar. Y no tenía mucho sentido.—¿Pesó mucho en su marcha al Milan el dinero?
—
Si es por dinero me hubiese ido a China. Eso es una tontería. Claro que el Milan me va a pagar más que el Sevilla, sí. Pero el dinero no fue la causa principal. ¿Sabe cuánto me pagaban por año en China?
—Dígamelo.
—
Ocho millones de euros netos. ¿Si fuera por dinero cree de verdad que no hubiera aceptado esa oferta? U otra de Emiratos Árabes muy parecida. Yo elegí el Milan por distintas circunstancias. Gracias a Dios tuve propuestas de Alemania, Inglaterra, e incluso otra de Italia que me proporcionaba más dinero.
—¿Todos esos clubes pagaban la cláusula?
—Sí.
—¿Qué fue lo que le hizo entonces decantarse por el Milan? Este año ni siquiera juega competición europea.
—Cuando Galliani me llamó y me explicó el proyecto. Ahí lo vi clarísimo. Con el Milan sólo podemos crecer. Y lo vamos a hacer. Es un equipo campeón que está en horas bajas. Cuando yo le di el ok a Monchi, en el verano de 2013, tampoco estaba el Sevilla clasificado para Europa. Luego pasó lo del TAS y nos metimos. Pero yo elegí el Sevilla sin la seguridad de jugar competición europea. Llevábamos semanas y semanas hablando, antes de que acabara la Liga, y yo le dije a Monchi que adelante, que quería crecer en el Sevilla. Con Monchi tengo una relación muy especial y sabe que todo lo que estoy diciendo es verdad. Ahora me pasa lo mismo. Y claro que me encantaría haber jugado la Champions con el Sevilla. Cuando vi el partido de la Supercopa me quería morir. Estaba súper nervioso por no poder ayudar a los chicos.
—¿Llegó a pensar en quedarse en el Sevilla en algún momento?
—Hasta el último día. Claro. Las dudas estaban. Pero es normal.
—¿Le hizo el Sevilla alguna oferta para que se quedara?
—Si le digo la verdad…. sí. Intentó hacerme una mejora económica. Pero llegó el Milan con la cláusula, pensé en la edad en la que me encuentro, en probar en otra Liga y le dije al Sevilla que no podía quedarme.
—El Sevilla está buscando un delantero. ¿Conoce algún Bacca?
—Sí, lo sé. Pero yo creo que el Sevilla tiene dos grandísimos delanteros. Gameiro ya lo ha demostrado e Immobile, cuando se adapte, lo hará bien. A un jugador de estas características no se le olvida jugar al fútbol. Pero necesita algo de tiempo porque está en una liga y un vestuario nuevo para él.
—¿Cómo es el vestuario del Milan?
—Bueno, bueno.
—¿Se parece al del Sevilla?
—Es distinto. Los italianos parecen algo más fríos, más tranquilos. En Sevilla es que… aquello era como una fiesta. Siempre había motivos para estar de cachondeo y, a la vez, crecer. Yo aquí paso tiempo con los españoles, Suso y Diego López, también con Zapata, que es colombiano; y los argentinos Paletta y Mauri. Es un buen vestuario. Pero ya le digo que es distinto al del Sevilla.
—¿A quién echa de menos?
—¡Uff! Imposible decir nombres. La semana pasada, aprovechando que tuve dos días libres, fui a Sevilla y me emocioné mucho. Un señor me dijo que yo ya era medio sevillano. Seguí notando el cariño de la gente. Era algo que me podía inquietar un poco. Pero nada. Increíble. Yo, de verdad, el tiempo que estuve allí, lo di todo para que juntos creciéramos. ¿Que luego me fui al Milan? Sí, es verdad. Pero es así. Mi padre sigue con su camiseta del Sevilla. Se emocionó con la Supercopa y me llamó. Me hubiera gustado ver a los chicos. Pero ya estaban en Atenas. Mi compañero de habitación, Carriço, que tío más grande. Es puro corazón. Va con todo. ¿Sabe por qué a veces tiene problemas musculares? Yo se lo decía. Es que va siempre al 120 por ciento. Y es lo que le pasa. Siente mucho al Sevilla. Y nunca se rinde. En realidad son todos los chicos así. No hay nadie en ese vestuario que no piense en superarse.
—¿Cómo se consigue esto?
—Lo he pensado también. Porque hay veces que no parece normal.
—¿Y?
—
Lo inculca Emery.—¿Pero cómo lo hace?
—
¡Es que te lo dice a todas horas! Es muy pesado. Pero yo lo quisiera tener siempre como entrenador. Me decía siempre que aunque fuéramos perdiendo 5-0 o ganando 5-0 teníamos que ir a por todas. También la gente en la calle te lo dice. Cuando llegué a Sevilla lo que más me llamó la atención fue personas diciéndome que le echara huevos. Si le unes la fuerza, las ganas por mejorar y la calidad sale lo que hemos encontrado. Los futbolistas se revalorizan en el Sevilla. Es más. Le digo otra cosa. El Sevilla, porque no puede vender a todos sus jugadores…, pero usted cree que no han llegado ofertas o que han preguntado por Carriço, Beto, Pareja, Nico Pareja, Reyes, Tremoulinas, Krychowiak, Iborra, Coke, Rico o Banega… El Sevilla es un regalo para todos y siempre le estaré agradecido.