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#Alavés vs. S.F.C.
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Tito Flavio Vespasiano, primer emperador de la dinastía de los Flavios, que gobernó entre los años 69 y 79 d.C., bajo el nombre de César Vespasiano Augusto, lo mandó a construir en el año 72 d.C. siendo inaugurado por su hijo Tito en el año 80 d.C. tras celebrar una serie de fastuosas ceremonias y espectáculos que duraron cien días. Tuvieron lugar luchas a muerte de gladiadores y peleas de animales salvajes. El acceso fue gratuito para 55.000 espectadores que entraban por ochenta bocanas y que los conducían por pasillos hasta las ciento sesenta bocas por donde se llegaban a los graderíos. Es el símbolo de todo un Imperio. Es el Coliseo de Roma.La muestra de todo el poder de una ciudad sobre un vasto Imperio dominado hasta los mismos límites de Oriente. El Coliseo, la admiración del mundo entero en una época gloriosa para Roma, el lugar donde leones, cristianos, gladiadores y juegos servían de divertimento a una sociedad ufana y sabedora de su grandeza.Y con Roma al fondo, tras aquel mágico paraíso cargado de Historia, emerge el Anfiteatro Flavio, más conocido como el Coliseo, situado entre los cerros Palatino, Celio y Esquilino. Más de 50 metros de altura, casi 188 metros de diámetro por su lado mayor y 156 por el eje menor. Aún hoy, en ruinas, impresiona. Hablamos de una de las 7 Nuevas Maravillas del MundoPero Roma además es AmorY también impresionaEn un anagrama maravilloso que con gesto hermoso nos ofrece nuestra lingüística que, leyendo al revés, nos hace ver que Roma es AmorUn anagrama que nos conduce a Sevilla sin perder esencia histórica, de legiones, de Imperio, de fortaleza, de triunfos, de combates y de grandeza.El Amor de Sevilla, el Amor de Nervión, un coliseo que toma nombre de quien fuera Presidente del club durante diecisiete años. Don Ramón Sánchez Pizjuán inició el proceso de construcción en el año 1.937 con la compra de los terrenos donde luego se edificaría el nuevo santuario sevillista. Sus primeros pasos fueron en 1.954 cuando D Manuel Muñoz Monasterio, arquitecto que había colaborado recientemente con D Luís Alemany Soler en el diseño del Estadio Santiago Bernabéu, ganaría el concurso de diseños presentados para la nueva obra.Tras la muerte de D Ramón Sánchez Pizjuán, fue su sucesor, D Ramón de Carranza, quién se ocupó del equipo y del estadio, poniendo la primera piedra del mismo el 2 de diciembre de 1956.Fue inaugurado el 7 de septiembre de 1958 con un partido amistoso entre el Sevilla FC y el R Jaén, que acabó con empate a tres goles. El estadio, nuestro coliseo, aún se encontraba inacabado. Hubo que esperar hasta 1974, siendo presidente D Eugenio Montes Cabeza, para el fin de las obras, alcanzando en aquella época su máxima capacidad con más de 77.000 espectadores.Hoy día es la Catedral del sevillismo, nuestra casa común, esa hermosa caja de resonancia donde se inspiran los sentimientos, donde el dedo pulgar siempre mirará hacía arriba pues es hacía donde indican los corazones sevillistas que ven como la arena se convierte en cesped y sus jugadores en gladiadores en busca de la gloria. Cada jornada, cuando el Sevilla salta a jugar, el Coliseo sevillista, el Coliseo de Amor, es una fiesta blanquirroja desatada en su orgullo, henchida de pasión, incondicional y fiel. Es el estadio Ramón Sánchez Pizjuán, nuestra fortaleza, nuestra grandeza, nuestro poder, nuestro Coliseo carmesí con sones de arrebato defendida con las armas de la casta y el corajeEn Sevilla, historia mora, historia romana, en el corazón de Nervión, mira hacía el cielo la majestuosidad de un estadio que, lejos de la modernidad y el acicalamiento, presume de esencia e historia, de sentimientos, de lágrimas e ilusión, de clase y señorío, de pasión, orgullo, de corazón, pues sus cimientos, su arena, su cemento, su ferralla, su razón de ser, es sevillista, de los sevillistas y para los sevillistasNuestro ColiseoColiseo de Amor Amor al Sevilla FC
Tito Flavio Vespasiano, primer emperador de la dinastía de los Flavios, que gobernó entre los años 69 y 79 d.C., bajo el nombre de César Vespasiano Augusto, lo mandó a construir en el año 72 d.C. siendo inaugurado por su hijo Tito en el año 80 d.C. tras celebrar una serie de fastuosas ceremonias y espectáculos que duraron cien días. Tuvieron lugar luchas a muerte de gladiadores y peleas de animales salvajes. El acceso fue gratuito para 55.000 espectadores que entraban por ochenta bocanas y que los conducían por pasillos hasta las ciento sesenta bocas por donde se llegaban a los graderíos. Es el símbolo de todo un Imperio. Es el Coliseo de Roma.La muestra de todo el poder de una ciudad sobre un vasto Imperio dominado hasta los mismos límites de Oriente. El Coliseo, la admiración del mundo entero en una época gloriosa para Roma, el lugar donde leones, cristianos, gladiadores y juegos servían de divertimento a una sociedad ufana y sabedora de su grandeza.Y con Roma al fondo, tras aquel mágico paraíso cargado de Historia, emerge el Anfiteatro Flavio, más conocido como el Coliseo, situado entre los cerros Palatino, Celio y Esquilino. Más de 50 metros de altura, casi 188 metros de diámetro por su lado mayor y 156 por el eje menor. Aún hoy, en ruinas, impresiona. Hablamos de una de las 7 Nuevas Maravillas del MundoPero Roma además es AmorY también impresionaEn un anagrama maravilloso que con gesto hermoso nos ofrece nuestra lingüística, leyendo al revés, nos hace ver que Roma es AmorUn anagrama que nos conduce a Sevilla sin perder esencia histórica, de legiones, de Imperio, de fortaleza, de triunfos, de combates y de grandeza.El Amor de Sevilla, el Amor de Nervión, un coliseo que toma nombre de quien fuera Presidente del club durante diecisiete años. Don Ramón Sánchez Pizjuán inició el proceso de construcción en el año 1.937 con la compra de los terrenos donde luego se edificaría el nuevo santuario sevillista. Sus primeros pasos fueron en 1.954 cuando D Manuel Muñoz Monasterio, arquitecto que había colaborado recientemente con D Luís Alemany Soler en el diseño del Estadio Santiago Bernabéu, ganaría el concurso de diseños presentados para la nueva obra.Tras la muerte de D Ramón Sánchez Pizjuán, fue su sucesor, D Ramón de Carranza, quién se ocupó del equipo y del estadio, poniendo la primera piedra del mismo el 2 de diciembre de 1956.Fue inaugurado el 7 de septiembre de 1958 con un partido amistoso entre el Sevilla FC y el R Jaén, que acabó con empate a tres goles. El estadio, nuestro coliseo, aún se encontraba inacabado. Hubo que esperar hasta 1974, siendo presidente D Eugenio Montes Cabeza, para el fin de las obras, alcanzando en aquella época su máxima capacidad con más de 77.000 espectadores.Hoy día es la Catedral del sevillismo, nuestra casa común, esa hermosa caja de resonancia donde se inspiran los sentimientos, donde el dedo pulgar siempre mirará hacía arriba pues es hacía donde indican los corazones sevillistas que ven como la arena se convierte en cesped y sus jugadores en gladiadores en busca de la gloria. Cada jornada, cuando el Sevilla salta a jugar, el Coliseo sevillista, el Coliseo de Amor, es una fiesta blanquirroja desatada en su orgullo, henchida de pasión, incondicional y fiel. Es el estadio Ramón Sánchez Pizjuán, nuestra fortaleza, nuestra grandeza, nuestro poder, nuestro Coliseo carmesí con sones de arrebato defendida con las armas de la casta y el corajeEn Sevilla, historia mora, historia romana, en el corazón de Nervión, mira hacía el cielo la majestuosidad de un estadio que, lejos de la modernidad y el acicalamiento, presume de esencia e historia, de sentimientos, de lágrimas e ilusión, de clase y señorío, de pasión, orgullo, de corazón, pues sus cimientos, su arena, su cemento, su ferralla, su razón de ser, es sevillista, de los sevillistas y para los sevillistasNuestro ColiseoColiseo de Amor Amor al Sevilla FC
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